Chile recibió la primera conferencia latinoamericana sobre investigación cualitativa en el deporte, un espacio que reúne a expertos internacionales para discutir los cambios sociales y culturales que atraviesan la actividad física en la región. Entre las universidades que albergaron el evento se encuentran la Universidad de Santiago de Chile (USACH), la Universidad UNIACC, la Universidad Andrés Bello (UNAB), la Universidad de Playa Ancha (UPLA), la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y la Universidad Santo Tomás (UST).
Entre los asistentes se destacó a Miquel Torregrossa, reconocido referente mundial en psicología social del deporte, catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona y líder del proyecto europeo EUPHORIA sobre salud mental en el alto rendimiento. Torregrossa ha investigado temas clave como el bienestar psicológico de los atletas, las transiciones en sus carreras y la gestión de la presión competitiva, aportando una mirada integral al deporte profesional.
Mundo Cracks pudo conversar con Miquel respecto al deporte y la psicología, tanto en general bajo su experiencia y sobre lo que ha visto en el fútbol y el deportista nacional. Miquel, entre las respuestas, afirmó que no existe una brecha real entre deportistas latinoamericanos y europeos, y que las diferencias en resultados responden más a la formación de entrenadores y a la inversión pública que al talento.
A su vez, nos entregó su mirada ante la crisis del fútbol chileno y las tres Eliminatorias sin clasificar, donde nos señaló que la psicología influye, aunque el rendimiento depende primero de lo técnico y lo táctico, advirtiendo que la acumulación de fracasos genera un peso emocional que debe trabajarse.
Por último destacó en gran labor que Chile cuenta con excelentes psicólogos del deporte, pero que los cuerpos técnicos deben confiar más en su labor.
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Usted trabaja en un país que es referencia mundial en deporte y alto rendimiento. Desde esa perspectiva, ¿cómo percibe al deportista chileno (o sudamericano en general) cuando compara ambos contextos? ¿La brecha es realmente tan grande?
“No hay ninguna brecha entre los deportistas latinoamericanos y europeos. Para que haya resultados solo hay dos grandes secretos: la formación de los técnicos, que son un punto fundamental, y el otro es la inversión pública. Los deportistas tienen resultados cuando tienen condiciones de trabajo dignas y pueden dedicarse a entrenar buena parte de su tiempo. Esto es lo que marca la diferencia después en los resultados”.
El fútbol chileno atraviesa una crisis profunda, con problemas institucionales y una selección que ya suma tres procesos mundialistas sin clasificar. ¿Cuánto influye el factor psicológico en escenarios como este, donde parecen acumularse frustraciones y presiones?
“Es cierto que la selección chilena suma tres procesos mundiales sin clasificar y la selección noruega, con estrellas como Haaland, llevaban creo que desde el 98 en Francia sin clasificar. Es decir que la opción por defecto no es clasificar para un Mundial. Esto es complicado y solo llegan las mejores selecciones. Obviamente el factor psicológico influye en la clasificación para estas grandes competiciones, pero también volvemos a lo mismo. Es más un factor de técnica, táctica, de tener un equipo competitivo. Cuando tienes todas esas cosas, el factor psicológico obviamente hace una diferencia. Es cierto que si llevas un tiempo sin clasificar se va generando como un peso que hay que saber dejar de llevar. En Chile tienen excelentes psicólogos y psicólogas del deporte que están más que capacitados para hacer asesoramiento a la selección chilena de fútbol en su objetivo de clasificar. También hace falta que los directores técnicos de la selección crean en la psicología, para que tengan a un equipo de psicólogos trabajando con ellos”.
En su experiencia, ¿cómo evalúa el desarrollo de la psicología deportiva en Chile? ¿Cree que los clubes y las instituciones están comprendiendo la importancia de trabajar la salud mental del futbolista de manera sistemática?
“Por lo que he podido ver, la psicología del deporte en Chile goza de una excelente salud, sobre todo en el campo aplicado. Hay excelentes profesionales aplicados en distintos deportes, tanto individuales como colectivos, que además son reconocidos internacionalmente. Son colegas que gozan de una excelente reputación.
A nivel de investigación, creo que en las universidades podrían apostar un poco más por la investigación en psicología del deporte y ciencias del deporte. Ahí sí que hay una asignatura pendiente por lo que he podido ver. Faltan participaciones en proyectos competitivos, colaboración con otros países en investigaciones coordinadas. Pero a nivel aplicado, nada que envidiar a cualquier otro país del mundo.
En Chile como en todas partes, los clubes e instituciones se preocupan más del resultado que de la importancia de trabajar la salud mental de los futbolistas de manera sistemática. Falta conciencia de que el trabajo preventivo nos va a permitir no encontrarnos problemas en el futuro, pero esa conciencia también falta en Europa. Cuesta trabajar cuando no vemos el problema ahí delante”.
Usted ha trabajado con entornos de alto rendimiento en Europa. Si tuviera la oportunidad de implementar un programa piloto en un club chileno hoy, ¿qué es lo primero que haría?
“Lo primero que haría si tuviera que aplicar un programa piloto en un club chileno a día de hoy sería adaptarlo a la realidad chilena. Hay un punto artesanal en la psicología del deporte. Nos movemos en base a criterios científicos y a distintos aspectos evaluados científicamente, pero además hay una parte artesanal de saber adaptar nuestro programa a la realidad cultural en donde nos movemos. No es lo mismo la realidad cultural en Chile que en otras partes del mundo. El adaptar un programa piloto a la realidad cultural del deporte del país es lo fundamental”.
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