Finalizó con polémica el Campeonato Nacional en su edición 2024. Colo Colo se consagró como campeón del torneo tras la igualdad ante Copiapó por 1-1, mientras que Universidad de Chile empató por el mismo resultado ante Everton y quedó sin opciones de jugar una eventual final única ante su clásico rival.
De haber conseguido los tres puntos en su localía, la U hubiese alcanzado en puntaje a los albos con 67 unidades y el torneo local se hubiera definido en una final inédita entre los dos mejores elencos del certamen. Dentro del trámite del compromiso entre el cuadro laico ante los Ruleteros, una polémica jugada sobre el final sentenció al Romántico Viajero a quedar relegado al segundo puesto.
A los 88’ minutos, Leandro Fernández encaró hacia el arco y con fuerte disparo raso puso el 2-1 a favor de la U que significaba, en ese momento, la mencionada final ante Colo Colo. Sin embargo, el referí del duelo Francisco Gilabert anuló el tanto tras revisión en el VAR por una falta previa de Marcelo Morales que recuperó la posesión en el inicio de la jugada del gol.
Gilabert hizo caso omiso de su decisión inicial y terminó por escuchar al cuarto árbitro, junto con los miembros del VAR, para que revisase una vez más el tanto de Fernández. Tras señalar que el gol era inválido, una fuerte protesta se armó sobre la mitad de cancha a pocos minutos de que finalizara el compromiso.
Discusión que se repitió luego de que sonara el pitazo final del compromiso, donde el árbitro terminó por mostrar dos cartulinas rojas hacia los jugadores universitarios Matías Zaldivia y Marcelo Morales, todo esto por gritos ofensivos realizados por los mismos hacia su persona.
Esta situación quedó detallada este lunes en el informe arbitral, donde se señala que el lateral azul empleó “lenguaje ofensivo, grosero u obseno y/o gestos de la misma naturaleza. Al final del partido, grita a viva voz: vo’ cuarto (árbitro) culiao, sapeaste mal, malditos culiaos«, señala el escrito en un principio.
Mientras que para Zaldivia, Gilabert explica que el defensor también utilizó “lenguaje ofensivo, grosero u obseno y/o gestos de la misma naturaleza. Al final el partido, grita a viva voz: Son un desastre, hijos de puta«, finalizó.
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